A estos pequeños intrépidos botes les ocurren infinidad de aventuras y curiosidades navegando por el océano:
Uno de ellos navegó más de 12.000 km atravesando grandes olas, incluso un huracán.
Desde Estados Unidos algunos han alcanzado las costas de Irlanda y Francia.
Desde Canarias han llegado a Senegal, Méjico y Brasil.